Airyatch, el yate de lujo que vuela acoplado a un zepelín [FOTOS]
Airyatch lleva el mismo nombre que la compañía que lo ha creado, y está formado por dos elementos: Un yate de lujo de tres pisos que tiene 52 m de largo por 13 m de ancho y 11 m de alto. Puede tener entre cinco y seis camarotes, dependiendo de su distribución final. Es capaz de llevar a 12 pasajeros, tres miembros de la tripulación y hasta 12 personas de servicio. Airyatch también cuenta con solariums en la proa y en la popa, sauna, jacuzzi, piscina, un helipuerto y un garaje en el que se pueden guardar varios vehículos. El otro elemento es un dirigible de helio (más seguro que el hidrógeno) de 200 metros de largo y 50m de altura, que utiliza un sistema híbrido de propulsión eléctrica y de combustible que le permite volar a 93 km/h. Pero según vaya avanzando la tecnología, la idea es que pueda funcionar solamente con hidrógeno. El resto de las características, como cuenta la compañía, no se pueden revelar todavía debido a un acuerdo de confidencialidad que Airyatch mantiene con la empresa que está desarrollando la aeronave. Cuando el aparato está en vuelo, el yate descansa bajo el dirigible y hace las veces de góndola. Para bajar al mar, el barco desciende gracias a un sistema de cables que se suelta una vez que alcanza el agua. También puedes leer: Yates tan grandes que tienen sus propios barcos, helicópteros y submarinos Si los pasajeros quieren bajar a tierra para dar un paseo rápido, tiene un ascensor que funciona independientemente para 12 personas. El descenso también se produce gracias a unos cables que salen de la parte inferior del barco que es donde está alojado el ascensor. En caso de que se quiera estar en tierra durante un periodo de tiempo más largo, el yate puede descender y soltarse quedando fijado en el suelo mediante una serie de puntales que se despliegan desde el casco. Para volver a subir el yate hasta el dirigible se usan los mismos cables que para el descenso pero al revés. Se despliegan, se enganchan al barco y tiran de él hasta que se acopla de nuevo en el zepelín. La compañía asegura que lleva trabajando en este proyecto desde 2017. Estiman que podrán tener la primera unidad en el aire, o en el agua, en algún momento de 2026. A partir de ahí la idea es producir de una a cuatro unidades cada año dependiendo de la demanda. No se conoce el posible precio pero seguro que no será barato.  
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