En septiembre, el rover Rosalind Franklin debía salir hacia Marte para buscar signos de vida. Era la misión ExoMars. Pero hay un problema: Rusia.
El lanzamiento previsto era en colaboración con la agencia espacial rusa, Roscosmos, pero las circunstancias actuales exigían tomar decisiones. Durante los últimos días el Consejo rector de la ESA y, por unanimidad ha decidido que, la situación derivada de la guerra en Ucrania, hace imposible llevar a cabo el lanzamiento de la Exomars.
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ExoMars además de ser un programa que busca pruebas de la presencia de vida en Marte pasadas o presentes, quiere poner en marcha las tecnologías necesarias para enviar, primero, una misión de retorno de muestras a Marte y, después, una posible misión tripulada.
“Como organización intergubernamental con el mandato de desarrollar e implementar programas espaciales con pleno respeto a los valores europeos, deploramos profundamente las víctimas humanas y las trágicas consecuencias de la agresión a Ucrania”, ha explicado la Agencia Espacial Europea (ESA) en un comunicado. “Aunque reconocemos el impacto en la exploración científica del espacio, la ESA se alinea plenamente con las sanciones impuestas a Rusia por sus Estados miembros”.
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